No quiero rosas, con tal que haya rosas.
Las quiero sólo cuando no las pueda haber.
¿Qué voy a hacer con las cosas
que cualquier mano puede coger?
No quiero la noche sino cuando la aurora
la hizo diluirse en oro y azul.
Lo que mi alma ignora
eso es lo que quiero poseer.
¿Para qué?... Si lo supiese, no haría
versos para decir que aún no lo sé.
Tengo el alma pobre y fría...
Ah, ¿con qué limosna la calentaré?...
+Fernando Pessoa
*Foto: João Alves
Me gusta Pessoa.
ResponderEliminarAdemás, comparto la idea del poema: nos gustaría tener lo que nadie más tiene, sólo por sentirnos especiales, únicos.
Un saludo
Tengo que empezar con Pessoa, nunca he ido directa a por él.
ResponderEliminarA mí el poema no me dice eso de querer lo que nadie tiene, me dice más algo así como querer tener lo que no tengo; y yo de eso sé un montón.
Yo creo que el poema habla del deseo en si mismo. Del deseo de desear. De lo que ya fue y de lo que nunca será.
ResponderEliminarA la vez que de la nostalgia y de una terrible y abrumadora melancolía.... de la terrible y necesaria necesidad de desear, de buscar un ideal, aun a sabiendas que dificilmente lo alcanzarás, que siempre estarás a medias y acabarás conformándote con limosnas, porque, al fin y al cabo, todos necesitamos al menos un poco de agua y pan para sobrevivir.